lunes, 3 de mayo de 2010

No hay rosa sin espinas.

Todo tiene un límite. Pero apretamos tanto que al final lo rompemos. La relación entre las personas se fundamenta en el equilibrio. Ni para ti ni para mí. Pero algunos creen ver maldades en los actos de los demás y ninguna maldad en su propio comportamiento.

Quieren tener razón y si no saben qué razón tienen sólo queda utilizar el ventilador. Destruirlo todo y esparcir la porquería.

La razón absoluta ciertamente no debe existir, porque finalmente es sólo nuestra verdad.

Y aquellos que dan lecciones de perfección, lecciones a los demás, los que se consideran dueños de lo auténtico. Aquellos que llaman necios a los demás sin analizarse a si mismos, aquellos que ponen condiciones a la existencia, como todos los soñadores, confunden el desencanto con la verdad.


"Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé; sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué." Rudyard Kipling (1865-1936) Novelista británico.

Nos queda aprender utilizando a estos servidores de la verdad.
Nada es como parece. Antes de juzgar, preguntar.