Amiga:
El servicio nunca es a la carta. No es cuando tú quieras ni cómo tú quieras. Si eres tú la que decides que hacer en cada momento en respuesta a tus propias necesidades, a eso, se le llama capricho, no se le llama servicio a los demás.
Servir tiene otra dimensión. Uno hace lo que tiene que hacer, sabiendo que lo que hace no es para uno mismo.
¿Cómo van a dejar en manos del capricho las ilusiones y la formación de los niños y los jóvenes? Ni tú lo dejarías.
No le pidas a los otros que lo hagan. Porque para crear se necesitan siglos y gigantes; Para destruir, un enano y un segundo.
1 comentario:
Cuenta razón hay en estas palabras.
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